Santo Domingo, República Dominicana. – “Mi niño, en la flor de su juventud, se fue de este mundo y dejó siete niños huérfanos”, expresó entre lágrimas Nercida Almonte, madre de Luis José Custodio Almonte, durante una audiencia ante la jueza Fátima Veloz.
Su testimonio fue un llamado de justicia tras la pérdida de su hijo y su nuera, María Elizabeth Maldonado, víctimas del colapso estructural ocurrido el pasado 8 de abril en el centro de entretenimiento Jet Set, una tragedia que afectó a más de 230 personas.
Desde entonces, la vida de Nercida cambió por completo. A pesar de su frágil estado de salud, hoy es responsable de siete nietos que quedaron sin sus padres.

Con profunda tristeza, contó que sus días ya no comienzan con gratitud, como antes. “Ahora solo me queda un hijo… y el dolor no me deja orar”, dijo con voz entrecortada.
En medio del duelo, Nercida ha asumido la crianza de los niños, preocupada por su bienestar y su futuro. “Cuando la Biblia habla de huérfanos, se refiere a niños desvalidos, que nadie siente nada por ellos.
Y esos niños están ahí, esperando por alguien que los defienda”, expresó.
Durante su declaración, también cuestionó la falta de previsión de los propietarios del centro nocturno. Aseguró que el colapso pudo evitarse si se hubieran tomado medidas responsables.
“No hablo con resentimiento, hablo con verdad. ¿A quién le vamos a echar la culpa? A quienes tenían los medios para resolverlo y no lo hicieron”, afirmó.

Una decisión judicial que deja heridas abiertas
A pesar de las denuncias, la jueza no impuso prisión preventiva a los responsables del local, argumentando que no hay pruebas suficientes de una intención deliberada para causar la tragedia.
Para Nercida, esta decisión es un golpe más en medio del duelo.
Aun así, ella y otras familias afectadas insisten en que su lucha va más allá del ámbito legal. Buscan que se reconozca la responsabilidad moral y social de quienes, por omisión o descuido, permitieron que una noche de diversión terminara en una tragedia.
Hoy, entre el dolor y el deber, Nercida continúa en pie. Su mayor fuerza son sus nietos, y su mayor esperanza, que la justicia llegue, aunque sea tarde.