San Francisco de Macorís – A medida que el caso de Joelin Cortorreal, también conocido como Jorge Rodríguez, sigue generando atención en San Francisco de Macorís, su madre ha ofrecido nuevas declaraciones que amplían el panorama y agregan matices dolorosos a una historia ya marcada por la tragedia.
Una relación marcada por las adicciones
En un video reciente que llegó a esta redacción, la madre del joven narró cómo los problemas de adicción afectaron profundamente la relación entre Joelin y su pareja, Lisbeth Jiménez García, hoy acusada de causarle la herida mortal.
“Ambos tenían vicios”, aseguró la mujer. “Ella niega que usaba drogas, pero sí lo hacía. También tomaba alcohol. Mi hijo se había controlado, pero ella insistía”.
Según su testimonio, no se trataba solo de una relación conflictiva, sino de una dinámica en la que ambos se agredían física y verbalmente con frecuencia.
“No sé qué puse en la maleta”
La madre también relató con dolor el momento en que se enteró de la tragedia. Vive fuera del país y recibió la noticia a través de una llamada.
“Salí desesperada. No sé qué puse en la maleta”, confesó, visiblemente afectada.
Su testimonio contrasta con versiones anteriores, donde se centraba únicamente en el comportamiento agresivo de Lisbeth.
Ahora, admite que la violencia era mutua y que ambos contribuían al ambiente tenso que se vivía en la casa que compartían en el sector Getsemaní.
La herida y el adiós
Como se había informado, Joelin recibió una herida en la pierna durante una discusión con Lisbeth, en la madrugada del pasado 8 de junio.
El corte afectó la vena aorta y, aunque fue trasladado a un centro médico, no logró sobrevivir.
Lisbeth Jiménez García se encuentra actualmente bajo custodia, a la espera de ser presentada ante la justicia. En su testimonio inicial, expresó arrepentimiento y dijo que no imaginaba que la herida sería tan grave.
Un caso que sigue abierto
El caso continúa en manos del Ministerio Público, mientras la comunidad permanece atenta al proceso judicial.
La madre de Joelin, desde su dolor, pide que se conozca toda la verdad: no para justificar lo sucedido, sino para entenderlo.
“Mi hijo no era un santo, pero tampoco merecía ese final. Solo quiero justicia, completa”, concluyó.