No me creyeron. Nadie pensaba que esa niña estaba viva. Yo estuve ahí, sintiéndome impotente, y cuando vi que todo el mundo se iba, decidí que no la iba a dejar sola. Entré y la saqué.
Estaba golpeada, explicó Joel sobre el rescate de la adolescente de 13 años, quien se había caído en una alcantarilla la tarde del jueves en el barrio Lavapiés de San Cristóbal.
A pesar de que las autoridades habían parado la búsqueda después de las 10:00 de la noche, Joel decidió seguir buscando por su cuenta, convencido de que la niña seguía viva.
Joel regresó al lugar, se cambió de ropa y esperó a que se fueran los demás. Entonces, decidió actuar. Su empeño lo llevó a adentrarse en el área del registro, donde finalmente encontró a la niña.
Le grité ‘chamaquita’ y ella me respondió ‘estoy aquí’. No miré atrás ni adelante, la saqué y se la pasé a su papá. Todos estaban felices. Ahora puedo dormir contento, dijo Joel emocionado mientras recordaba el rescate.
Su testimonio muestra la determinación de un ciudadano que, al no querer dejar a la niña atrás, la rescató después de más de ocho horas. Aunque tenía algunos golpes, la niña fue encontrada estable y pudo reunirse con su familia gracias a Joel.
Las palabras de Joel resonaron entre quienes vieron lo que pasó, y su acción se unió al esfuerzo de vecinos y familiares que continuaron buscando, incluso cuando las autoridades se detuvieron. La emoción se desbordó en aplausos y gritos cuando sacaron a la niña.
Este hecho en San Cristóbal demuestra cómo la decisión de una persona puede hacer la diferencia en emergencias. Gracias a Joel, el día, que había sido lleno de angustia y espera, tuvo un final esperanzador.
Lavapiés vivió momentos de tensión, pero también mostró un gran acto de valentía que terminó en el exitoso rescate de una niña cuya ubicación era desconocida desde la tarde.