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Drones letales arrasan con más de 100 pandilleros en Haití en apenas 48 horas

Puerto Príncipe, Haití – El rugido seco de los disparos fue reemplazado por un zumbido agudo. Esta semana, el cielo de la capital haitiana se convirtió en escenario de una ofensiva aérea sin precedentes. En apenas 48 horas, más de 100 presuntos integrantes de bandas armadas fueron abatidos por drones del grupo táctico del gobierno.

La Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH) confirmó la operación. Los blancos principales fueron las estructuras criminales de Gran Ravine y Village de Dieu, dos de las más temidas por los ciudadanos de Puerto Príncipe.

Drones letales arrasan con más de 100 pandilleros en Haití en apenas 48 horas

Los ataques comenzaron tras la conformación, en marzo, de una célula de respuesta liderada por el primer ministro Alix Didier Fils-Aimé.

Desde entonces, los enfrentamientos han sido constantes. Pero en las últimas horas, el uso de tecnología aérea ha marcado un giro radical en la lucha por recuperar zonas que durante años han estado fuera del control estatal.

Uno de los lugares más golpeados fue la antigua escuela Maranatha.

Más de 100 presuntos integrantes de bandas armadas fueron abatidos
Más de 100 presuntos integrantes de bandas armadas fueron abatidos

Allí, decenas de miembros armados se habían instalado, hasta que los drones irrumpieron sin previo aviso. “El efecto ha sido devastador”, reconoció Pierre Espérance, director de la RNDDH.

Los líderes criminales, como Jimmy Cherisier, alias “Barbecue”, y Vithelhomme Innocent, no han sido alcanzados directamente.

Sin embargo, la estructura que los rodea quedó severamente debilitada. Sus lugartenientes más cercanos fueron abatidos, y con ellos, buena parte del control territorial que ejercían.

Videos que circulan en redes sociales muestran a miembros de estas bandas expresando miedo. “No podemos defendernos de algo que no vemos venir”, dice uno de los clips. El término “ataques fantasma” comienza a imponerse entre ellos.

Mientras tanto, la Policía Nacional de Haití se ha desplegado en zonas antes inaccesibles, como Kenscoff y Tabarre.

En esta última, cercana a la embajada de Estados Unidos, los comerciantes han comenzado a abrir tímidamente sus negocios. También han vuelto las clases en algunas escuelas.

Vithelhomme sigue prófugo, pero los operativos recientes han acorralado a su entorno. Los servicios de inteligencia aseguran que sus movimientos están siendo monitoreados.

Entre enero y marzo de este año, 1,617 personas perdieron la vida por hechos violentos, según datos de la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (BINUH).

El balance general de 2024 ya sobrepasa los 5,600 muertos, más de 2,200 heridos y cerca de 1,500 secuestros. La cifra retrata el infierno cotidiano que viven miles de haitianos.

El uso de drones armados ha cambiado por completo el escenario. Por primera vez en meses, se habla con esperanza de recuperar espacios, aunque el miedo sigue latente.

El gobierno haitiano asegura que no se detendrán hasta desmontar por completo el poder de las bandas. La población, por su parte, se aferra a la posibilidad de vivir sin miedo.

En silencio, miles de ciudadanos miran al cielo y esperan que, esta vez, los drones no sean solo otra promesa.